lunes, 21 de enero de 2013

¿qué hay de nuevo, viejo?

Es como volver a casa después de un largo viaje: tienes la impresión de que los hijos han crecido y las plantas parecen más frondosas. Se siente uno raro al abrir la puerta y entrar en este blog un mes después. Por regla general, a la gente le importa más bien poco, pero parece que lo correcto fuese responder a las preguntas de ¿dónde has estado últimamente, qué has hecho en este tiempo, qué te ha deparado el viaje o la experiencia? En fin, esas cosas protocolarias de buena educación. Y luego está la inevitable 'ya tendrías ganas de volver, ¿no?' Es entonces cuando uno se lo piensa un poco y descubre que no tiene muy claro si tenía o no ganas de volver. ¡Es tan tentadora la idea (vana idea) de ser echado de menos por alguien en algún momento! Y no digamos ya la atracción fatal que ejerce la mera posibilidad, tan remota, de ser declarado 'en paradero desconocido'. Pero no, no soy tan aventurero ni mi vanidad llega a tanto, aunque todo se andará. Bien. Lo cierto es que el alivio que he sentido (o lo que sea) al no estar obligado a escribir cada día el post de este blog... ha sido la señal inequívoca de que al diario de un copy en crisis solo le quedaba dar las gracias y despedirse. A partir de ahora, nada de diario; en cuanto al copy, hace tiempo que dejé de serlo por falta de actividad; en crisis solo era un complemento de estado o circunstancial. ¿Y bien? ¿Qué tal escribir algo un día a la semana, pongamos los viernes, a esta misma hora, donde ir contando alguna que otra cosa vista o leída, escuchada, sonreída? Es posible incluso que el próximo viernes inaugure el nuevo blog. ¿Nombre? Lo tengo, sí, aunque a falta de confirmar si está libre o no en la blogosfera. Creo que mañana o pasado ya sabré algo. En cualquier caso, lo haré público aquí mismo en cuanto lo sepa: uno, dos, tres días, no más. Entretanto, tal como están las cosas -y puesto que el deseo es lo último que se pierde-, no descarto que  mis velas de cada noche a Robespierre empiecen a dar sus frutos, aunque sean escasos frutos.

5 comentarios:

  1. Bienvenido, en el formato que sea, Luis...
    porque, efectivamente..., te echamos de menos.

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  2. Bienvenido amigo, te estaba esperando. Tu propuesta de un día a la semana me parece bien, ya sabes, lo bueno si breve dos veces bueno y como es bueno pues bienvenido sea, te espero los viernes con mucho gusto e impaciencia. Un beso C.R.

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  3. Bienvenido, Luis, estaremos aquí, fieles a la cita de los viernes.

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  4. "¡Es tan tentadora la idea (vana idea) de ser echado de menos por alguien en algún momento! Y no digamos ya la atracción fatal que ejerce la mera posibilidad, tan remota, de ser declarado 'en paradero desconocido"

    Ya ves que no es vana idea; se te echa de menos. Pero tendrías que volver pronto; el tiempo juega en contra de la "saudade"

    Ser declarado en paradero desconocido no está mal... Vagabundear por lugares ignorados entre forasteros siendo extranjera en cualquier territorio...

    Me pasaré a leer lo que se ocurra en los próximos días. Un abrazo

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  5. Gracias, María Jesús, CR, Ángel, Isabel... Hasta pronto.
    Un abrazo.

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